La Vida

jueves, 22 de octubre de 2009

¿RECUERDAS HIJA?


Cuando mi hija (la pródiga) comenzó a ir al colegio, tenía tres años, al poco ya cumplió los cuatro. Su maestra se llamaba Magi, una mujer maravillosa que adoraba a los niños y su trabajo. Debía tener mucha sensibilidad y paciencia, pues entre otras cosas, les enseñaba a las criaturitas de esa edad, versos y poemas.

A mi hija P.María, se le daba muy bien recitar, aún recuerdo como un día en la playa mientras jugaba con la arena, a sus cuatro añitos, la gente se la quedaba mirando, pues en perfecta entonación recitaba a Rosalía de Castro : " Adiós rios, adiós fontes, adiós regatos pequenos, adiós vista dos meus ollos non sei cando nos veremos..." ¡Increíble! Ni que decir tiene que a nosotros, sus papás, se nos caía la baba.

Magi, la maestra, les enseño un poema sobre las frutas que ella a su vez nos enseñó a nosotros, y cuántas veces al ver el frutero me viene a la cabeza:

Qué ricos, qué ricos son, el plátano, y el melocotón,
comer manzanas, me encanta, las peras que ricas son
y qué dulces las ciruelas, la sandía y el melón.

¿Recuerdas estas cosas hija? Yo siento, sentimos, tal y como tu padre te ha dicho hace poco, que te has olvidado de quien eres, de quienes somos nosotros... Así que trataré de vez en cuando de traer cosas aquí de tu vida junto a nosotros, para que recuerdes, para que sepas cuales son tus raíces, y entonces en verdad podremos darte las alas y volarás... Pues si no sabes de donde vienes, ¿cómo puedes saber a donde vas?

"Todo lo que viene a tu vida agradecelo y disfrútalo, pues tiene sentido y un porqué... y no preguntes, tan sólo acéptalo".


(Abuela Agnes, del Consejo de las 13 Abuelas)



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Esto que habéis leído lo escribí ayer tarde-noche, no lo publiqué, quería hacerlo esta mañana para no hacer dos publicaciones el mismo día.

Me suele ocurrir que si no publico al instante de escribir, luego casi nunca lo hago, ¿por qué? y yo qué sé... escribo tanto... Esta vez no iba a ser diferente, mientras me acostaba ya pensaba que quizás no lo publicase, al despertar por la mañana seguía con la duda, pero cuando abro mi correo electrónico, me encuentro con uno de mi querida Isabel. Sabréis que en mi vida hay tres "Isabeles" mujeres maravillosas que me han ayudado y aportado mucho, muchísimo... Una es doctora en medicina, otra, psicóloga y la otra abadesa de un convento de benedictinas, a las tres tengo mucho que agradecerles, a las tres las quiero y respeto pro fundamente. Pues bien, la Isabel que nos ocupa es una de ellas; en su correo me decía que se había acordado de mi al leer lo que me enviaba, que se acordaba por mi nuera, que está embarazada. Todo lo que ella me envía es hermoso y oportuno, me siento regalada a través de ella. Ella es el instrumento, Él, el que me da lo que necesito.

Lo que venía adjunto era un poema en prosa, en el que una mujer se dirigía a su hijo, expresándole cuanto significaba para ella. El autor es oriental, se llama Tagore y nació en Calcuta. Al leerlo me emocioné, las lágrimas se deslizaban por mis mejillas, mientras algo me decía: publica, publica lo escrito y añade ésto, es el complemento perfecto.

El poema dice así:

"¿De dónde venía yo cuando tú me encontraste?", preguntó el niño a su madre.

Ella riendo y llorando, le respondió, apretándolo contra su pecho: "Tú estabas en mi corazón como su ansia, amor mío. Estabas con las muñecas de juguete de mi infancia; y cuando cada mañana hacía yo la imagen de mis dioses con barro, a ti te hacía y deshacía. Estabas en el altar con el Dios de nuestra casa, y al adorarlo a él te adoraba a ti. Estabas en todas mis esperanzas y en todos mis cariños. Tú has vivido en mi vida y en la vida de mi madre. Tú fuiste viviendo, siglo tras siglo, en el seno del espíritu inmortal que rige el hogar nuestro. Cuando yo era una muchacha y mi corazón abría sus hojas, y tú flotabas en fragancia a mi alrededor. Primer amor del cielo, hermano gemelo de la luz del alba, bajaste al mundo en el río de la vida y, al fin, te paraste en mi seno".

Además de a mi hija y a mi nuera, esto lo dedico a modo de homenaje a todas las madres, pero sobre todo, a los hijos e hijas. .. ¿Se han parado a pensar alguna vez que todos, todos, somos Hijos? No todos llegarán a ser padres-madres, pero... ¿hijos? ¡todos!

4 comentarios:

Delia dijo...

Es verdad María, todos somos hijos y algunos -padres/madres- son vehículos por los que llegamos a esta experiencia de vida encarnada. Dice Tagore que cuando amamos algo hallamos en ese algo a nuestra alma en el sentido más elevado, en el alma universal, que está en mí lo mismo que en mi hijo y en todo el universo.
Hermosa tu entrada, gracias.
Un abrazo.

Silvia García dijo...

Querida María, que entrada más conmovedora has hecho hoy, se percibe un ligero dolor en lo que dices "si no sabes de donde vienes, como sábes hacia donde vas"
Gracias por tu homenaje para mí, como hija de ÈL.
Para completar la cosa, Delia con su comentario hablando del Alma Universal, en mí, lo mismo que en mi hijo.
Un delicia
Abrazos infinitos, querida amiga
Silvia

gb dijo...

Buenas noches MARÍA DURGA

Los hij@s, "no son nuestros hijos son los hijos de vida que vienen a través de nosotros", todos somos hijos "pródigos" navegando contracorriente, por las espesas y turbulentas olas de Maya, todos buscamos como "las polillas" arder en la LUZ de la llama y fundirnos con esa ESENCIA, que intuimos y sentimos adentro, ahí donde se pierden los nombres, donde vive el SILENCIO, ahí donde no hay madre, ni padre, ni hija, ni hijo, ahí donde solo el SER reina.

namasté

de pranava

Txin dijo...

Bonito, gracias por las lágrimas que me sacaste.
Lo difícil con los hijos (en mi caso uno de 14 y una de 11 años)es aceptar que se tienen que equivocar y que a veces la mejor ayuda es no ayudar, ¿no?

Abrazos