La Vida

viernes, 27 de febrero de 2009

El verdadero maestro

Busca la sabiduría de todas las épocas,

pero mira el mundo con los ojos de un niño.

ANÓNIMO

Hasta que no seáis como niños,

no entraréis en el Reino de los Cielos.

Jesús

jueves, 26 de febrero de 2009

El Zorro


Un hombre que paseaba por el bosque vio un zorro
que había perdido sus patas,
¿cómo podía sobrevivir?

Entonces vio llegar a un tigre con una presa en la boca,
el cual una vez harto,
dejó el resto de la carne para el zorro.

Al día siguiente, Dios volvió a alimentar al zorro
por medio del mismo tigre.

El hombre comenzó a maravillarse
de la inmensa bondad de Dios
y se dijo a sí mismo:
“Voy también yo a quedarme en un rincón,
confiando plenamente en el Señor,
y me dará todo cuanto necesito”.

Y así lo hizo durante muchos días,
pero no pasaba nada.

El pobre hombre estaba casi
a las puertas de la muerte
cuando oyó una voz que le decía:

“¡Oh tú, que te hallas en la senda del error,
abre tus ojos a la Verdad!
Sigue el ejemplo del tigre
y deja ya de imitar al pobre zorro mutilado”.


Se desconoce autor

martes, 24 de febrero de 2009

Relaciones para la libertad



La sabiduría tiene una nota clave: el compartir y compartir, sana los infartos en las relaciones que han sido producidos por el apego.

El apego es amor con miedo, amor temeroso, posesivo, es amor que no libera. El amor que no libera no es amor.

Nos amamos para liberarnos, para mejorarnos. Te amo para que cuando pases por mi vida, te vayas mejor de lo que viniste, y me dejes a mí, también, mejor que cuando llegaste.

Nos hemos amado si al separarnos no sentimos la separación como ruptura, sino que nos quedamos en el corazón, plenos del otro, cuando se va.

Jorge Carvajal

domingo, 22 de febrero de 2009

El Cambio

De joven yo era un revolucionario
y mi oración consistía en decir a Dios:
"Señor, dame fuerzas para cambiar el mundo."

A medida que fui haciéndome adulto y caí en la cuenta
de que me había pasado media vida
sin haber logrado cambiar a una sola alma,
transformé mi oración y comencé a decir:
"Señor, dame la gracia de transformar a cuantos entran en contacto conmigo,
aunque sólo sea a mi familia y a mis amigos.
con eso me doy por satisfecho."

Ahora que soy un viejo y que tengo los días contados,
he empezado a comprender lo estúpido que he sido.
Mi única oración es la siguiente:
"Señor, dame la gracia de cambiarme a mi mismo."

Si yo hubiese orado de este modo desde el principio,
no habría malgastado mi vida.

No se conoce autor


Cuanta verdad encierran estas palabras, siempre pensamos que son los otros los que tienen que cambiar.

Mahatma Gandhi dijo: " Se tú el cambio que deseas ver en el mundo"

Hablando de cambios, de mi cambio, repito el vídeo del otro blog, me encanta...

viernes, 20 de febrero de 2009

EL HOMBRE QUE PLANTABA ARBOLES

Este vídeo es un canto a la vida y a la esperanza. Esperanza en el ser humano y en lo que puede lograr un sólo hombre cuando se lo propone.

Tiene una duración de 30', si ahora no tienes tiempo, no importa, vuelve si lo deseas más tarde y regálate esos minutos, merece la pena.

Como dice en una parte del vídeo: "... me convenzo de que a pesar de todo, el destino del hombre puede ser maravilloso".


sábado, 14 de febrero de 2009

El comienzo

Hola, sí, aquí estoy, comenzando una nueva etapa.

Tal y como había dicho, en este blog, trataría de fijar mi atención en lo positivo, en lo bello, en lo bueno de la vida, y ahí va.

Os traigo un artículo de Koldo Aldai, publicado en la web de Fundación Ananta de la que es colaborador. Me parece tan bello, que no encuentro mejor manera de inaugurar este espacio en el que pongo toda mi ilusión.

Espero que disfrutéis, del artículo y del blog.




23-Enero-2009

"Cierto, quizás Dios no exista..."


Deben tener razón los ateos y sus autobuses. En realidad yo tampoco nunca Le vi. Me brotaron lágrimas con aquel atardecer, me hipnotizaron aquellos ojos, me cautivó aquella ternura…, pero a Él /Ella nunca Le/La vi. Quizás me empeñé en falso.


De acuerdo, Dios no existe, ¿pero Quién se encarga entonces cada noche de encender el firmamento y sus estrellas innumerables o en cada día las sonrisas de los niños? ¿Quién mueve las gigantes olas de los océanos, la suave brisa de las orillas, las frágiles alas de los pájaros? ¿Quién carga en otoño la higuera, Quién alfombra el hayedo, Quién pone a pasear la fauna? ¿Quién ilumina mis mañanas, Quien colorea mis campos…? No deseo aburrir con interrogantes imposibles...


Quizás Dios no exista, pero me extasió la belleza, me envolvió el amor, me colmó el gozo…, y en alguna ventanilla quisiera rendir tributo. Todo tiene un alfa, una fuente y yo no he parado de disfrutar de inmensos dones. En gramática nos enseñaron a buscarle sujeto al verbo, la lógica nos invita a encontrar causa al efecto, la vida nos sugiere explorar origen de tanta maravilla.


Quizás Dios no exista, pero el autobús que me trae de Madrid rueda entre un blanco infinito y yo quisiera que este viaje nunca se acabara. Obras de arte moderno rondan fortunas y este Pintor de miles de blancos, de colores aún no imaginados, este Alfarero de todas las arcillas, este Diseñador de Pentiums aún no descubiertos, este Artista Anónimo que cuelga y expone en todo el universo…, es postergado al olvido.


Quizás Dios no exista y todo fue ficción y los ojos miopes que repasan estas líneas los inventó un óptico avispado y el cerebro que hila estas torpes ideas y reflexiones un neurólogo fuera de serie. Quizás Dios no exista, pero en algún altar, en algún digno rincón tendremos que colocar nuestras más bellas flores, nuestras más perfumadas velas. Hacia Algo, hacia Alguien habremos de dirigir nuestras más sentidas oraciones por tanta gloria que cada día nos alcanza.


Quizás Dios no exista, pero de dónde surge esta urgencia de íntima comunión con Algo que nos colma y desborda, con Algo que nos llena de paz y nos eleva. Quizás Dios no exista, pero por qué estas rodillas se pliegan y estas manos se juntan en alabanza…


Quizás Dios no exista y es hora de divertirnos, tal como rezan los autobuses ateos de Londres, Barcelona y pronto de Madrid, pero es que yo cuando más me divierto es cuando acaba el divertimento del mundo y a solas, en privado me encuentro con Él/Ella, no me preguntes por Su Nombre.


Lo acepto, me rindo. No sabemos nada de Dios. En realidad yo tampoco me Lo tropecé por ningún lado. Quizás Dios no exista y tengan razón los ateos, pero, doy fe, sí hay una Voz que quiero que nunca calle, un Consuelo que deseo nunca me abandone cuando todo se desmorona…


Quizás tengan razón los ateos y Dios no exista. En realidad sólo existe aquello a lo que le damos fuerza con nuestro pensamiento. Tanta dicha y grandeza que nos rodean, pueden ser cúmulo de infinitas causalidades. Pero entonces siquiera pongámosle mayúsculas y flores a la Casualidad, rindamos ante ella nuestro fatal orgullo, abracémosla en desbordadas gracias. Rodemos autobuses que niegan Su existencia. PongámosLe otro nombre, mejor aún no Le pongamos ningún nombre, pero manifestemos sentido agradecimiento en todo instante, en todo lugar por el milagro de la Vida, por Su Origen por Los que somos tan infinitamente bendecidos...


No importa que nos veamos como hijos de Dios, o hijos de la nada, sólo importa que en ese intenso disfrute al que nos invitan los famosos autobuses esté el otro y la otra, esté presente la humanidad y todo cuanto late…


Podemos incluso corrernos la gran juerga a la que nos invitan los ateos, pero lo importante es que en ese despertar de turbante resaca sintamos que estamos en el mundo para servir al mundo; lo importante es que en esa mañana de aguda jaqueca sintamos que podemos hacer algo por la vida fascinante, su armonía y su continuidad, por más que el puesto de Creador quede vacante en nuestras mentes.


Imaginemos por un momento que existe. Poco le importará a Dios lo que pintemos en los autobuses, poco Le importará lo que de Él/Ella pensemos; lo único que anhelará es que nos olvidemos un poco de nosotros mismos y sumemos nuestras manos, nuestra mente… a las Suyas y así seguir creando y recreando sin límite para Su infinita gloria, para la gloria de tod@s. No hay ateos y creyentes, hay quienes sirven a la vida, hay quienes la apagan.


Fuente: Koldo Aldai
www.fundacionananta.org