Hemos estado haciendo cambios de vestuario por la llegada del verano, y al guardar la ropa de abrigo, apareció una bolsa en un rincón. Primero palpé, como queriendo adivinar lo que contenía, luego algo extrañada la abrí y ¡zas! aparecieron estos objetos.
No me acordaba de ellos para nada; me los quedé mirando largo rato... mientras, los recuerdos y los sentimientos iban aflorando:
" Su padre está mucho mejor- dijo el cardiólogo- sólo que está muy decaído, y algo deprimido"
Era cierto, acababa de salir de la UVI, había sufrido un infarto de miocardio serio, no era el primero a sus 92 años, pero éste le dejó además del cuerpo, el ánimo muy mermado, apenas comía y se pasaba el rato en silencio y con la cabeza baja mirando al suelo...
Yo trataba de animarlo como podía pero nada, así que una tarde luego de que el doctor le visitara le dije muy seria: mira papá, si no te animas, voy a tener que comprar una nariz de payaso y venir con ella puesta a ver si con eso lo conseguimos y te ríes... Él levantó la mirada y me dijo: estás tola (loca) serás capaz...
Y sí, si que fui capaz, a la mañana siguiente me presenté de esta guisa que ven ustedes en el hospital; en el pasillo antes de entrar a su habitación, me puse la diadema de corazones, la nariz de payaso, las gafotas y esos enormes labios rojos, muy seria y con aires de afectada dignidad, llamé a la puerta y entré; allí estaba él, sentado en el sofá y mirando al suelo como de costumbre con su camisón blanco, como no hablé levantó la vista y el pobre se quedó atónito, no daba crédito... jajajajajajaja . Pero... surtió efecto, comenzó a reír y a decir: "esta muller toleou (esta mujer enloqueció) pero esta rapaza... " (niña) y estuvo un buen rato riéndose... fue un momento y un día bien bonito, me lo pasé casi todo el rato así, con esa pinta, cuando llego el doctor y me vio así, también se partía de la risa.
Esto ocurrió el verano pasado, va a hacer un año. Salió del hospital, aunque tardó, se repuso todo lo bien que a sus 92 podía y así fue tirando hasta que el día 21 de Diciembre dejó su cuerpo.
Mientras recordaba esto, me fui ante el espejo y me puse todo otra vez, tome la cámara de fotos, me acerqué a mi marido, que no os imagináis la cara que puso cuando me vio entrar así... y le dije: -házme unas fotos para el recuerdo-, y aquí están algunas de ellas, ni que decir tiene que nos reímos un montón, de mi pinta, del día con papá en el hospital y claro, también nos emocionamos ¡cómo no! y éste también fue un momento, un día especial...
Hoy, Domingo 27, también ha sido un día muy, muy especial, muy feliz para mi y mi familia y deseo compartirlo añadiendo este hermoso vídeo.
Gracias, mil gracias a todos, por todo, por tanto...