La Vida

miércoles, 4 de noviembre de 2009




Se desprende por su propio peso

y se entrega sin condiciones.


Besa el suelo

y deja a la tierra

todas sus posesiones.


Con sus semillas y su dulzura

siembra en el surco una ofrenda

pura.


Es el fruto maduro.


El dar nunca ocurre en el

pasado: lo que damos, lo damos en

presente, ese tiempo en el que

podemos darnos.

En vida, en presente, ahora

mismo es la oportunidad; nuestra

mejor herencia es aquello que

damos ya. Uno mismo es con toda

su vida la mejor obra de caridad.

Aplazar el amor es como preten-

der que se dejen para después los

latidos del corazón.


Por los senderos del alma - Jorge Iván Carvajal Posada

3 comentarios:

Gizela dijo...

Vivir el presente y el corazón un horno , hacer panes de cariño y dar y dar, repartir vida, que quien parte y reparte, se queda con la mejor parte y si todos repartimos, el mundo se hace grande y bonito
Besotes María
Gizz

Rafael Humberto Lizarazo Goyeneche dijo...

Hola, María...

"No dejes para mañana el abrazo que puedes dar hoy"

La cosas sencillas de la vida no tienen pasado ni futuro, son del hoy y del ahora.

Abrazos.

Delia dijo...

El presente es la apertura de la eternidad, es lo que es, todo está y viene de él.

Gracias María por tu visita y tus palabras.

Un fuerte abrazo.