La Vida

martes, 10 de agosto de 2010

NUESTRA MADRE

Para Paula María

Hace unos días una buena amiga me ha recomendado y prestado dos libros, ambos con títulos muy sugerentes y con temas específicamente femeninos, que no feministas. Cuando los tuve en mis manos los observé, los sentí... no sabía por cual empezar... uno me parecía más interesante que el otro, pero... ese otro me llamaba más, era extraño, aún así, comencé a leer el más "interesante"; a cada (poquísimas) página leída, el otro me seguía llamando: "yo primero" parecía decirme. Así que decidí hacer caso y aparqué el "más interesante" temporalmente.

Todavía lo estoy leyendo, pero ya se por qué debía ir en primer lugar. Hace mucho que no leía un libro que me gustase tanto, que me aclarase tantas cosas, que me diese tantas respuestas... En ocasiones no puedo más que exclamar:¡coño! (con perdón), pero esto es lo que me sucedió a mi...

Lo leído hasta ahora no tiene desperdicio, pero hay un capítulo que al leerlo enseguida pensé en publicarlo aquí y dedicarlo a Paula María, mi hija. Podría esperar a terminar de leer el libro, pero no tengo claro si es impaciencia o ese algo que nuevamente me dice: "ahora, ahora", así que aquí va, para mi hija, para todas las hijas, para todas las madres y para todos.

El libro se titula: "LA MUJER QUE SE SUEÑA A SÍ MISMA" (El papel de la Mujer en los tiempos actuales según las antiguas profecías) de Pamela A. Field

En el Capítulo "¿Qué es lo que nos impide soñarnos a nosotras mismas?" en el apartado Nuestra Madre, dice así:

"De mayor importancia aún es la relación que tenemos con nuestra madre (anteriormente habla de las abuelas y bisabuelas). En más de una ocasión he conocido a mujeres que afirman hallarse profundamente dedicadas a su evolución espiritual y, sin embargo, cuando surge el tema de su madre se limitan a encogerse de hombros y responden: "Ay..., con ella hace años que no me hablo". Esta cuestión no puede barrerse y esconderse bajo la alfombra.

Las teorías patriarcales han culpado a las madres de muchos de los aspecto disfuncionales de nuestra sociedad. El objetivo de la mayoría de madres es proporcionar a sus hijos lo máximo que puedan. Por desgracia, no todas han heredado las herramientas internas apropiadas para satisfacer con éxito las necesidades de su hijo/a.

Hay dos cuestiones urgentes en lo que respecta a la relación con nuestra madre. La primera es que esta última representa el potencial de nuestro poder femenino; si no estamos en paz con ella resulta muy difícil acceder a este potencial en nuestro interior. La segunda cuestión es que el hecho de no tener una relación sana con nuestra madre bloquea el acceso a todo nuestro linaje matriarcal: ella es nuestro vínculo de conexión con todas nuestras abuelas (en el linaje directo). Habla con tu madre acerca de lo que te moleste de ella. Escucha lo que de ti le moleste a ella. Si tu madre no se muestra dispuesta a mantener contigo esta clase de conversación puedes optar por someterla a una recapitulación (aquí la autora nos remite a otro capítulo del libro). Esto te permitirá soltar los lazos de dependencia y/o rechazo que pueda haber entre las dos. También te ayudará a hacer limpieza de situaciones difíciles que hubieseis experimentado juntas en el pasado.

El reloj no se detiene, y es una verdadera lástima permitir que pase un sólo día más con una barrera entre tú y tu madre. Haz las paces con ella para que la antigua antorcha de la sabiduría femenina, pasada de una generación a otra, pueda pasársete a ti".


"Cuando dejé de ver a mi madre con ojos de niña
vi a una mujer que me ayudó a darme a luz a mí misma".
Nancy Friday

No soy quien para recomendar nada a nadie, pero... este libro me está haciendo mucho bien.

12 comentarios:

Rafael Humberto Lizarazo Goyeneche dijo...

Hola, María:

Decía mi madre a mis hermanas: Cuando seas madre comprenderás mis consejos y entenderás mis razones.

Desafortunadamente algunas mujeres no valoran la relación con su madre, hasta que ellas mismas lo son y comienzan a recapacitar sobre lo vivido.

Siempre he tratado de que mis hijas sean amigas de su mamá y se lleven muy bien, aunque el sendero sea pedregoso.

Muy interesante el tema del libro que lees,

Abrazos.

Cooking-love dijo...

Hola Maria¡
Que bonita reflexion....y que importante las relacciones entre mabres e hijas.Yo cro que en mi vida es donde mas tengo que trabajar...para llegar a ser y dar lo mejor de mi misma.
Un abrazo y gracias una vez mas por tus aportaciones.

Silvia García dijo...

María, me pareció muy interesante lo que has publicado, veré de conseguirlo, me he hecho socia de la biblioteca de aquí pero no hay abundancia de libros, ahora estoy leyendo "Los siete pasos hacia el amor" Dalai Lama.
La relación con mi madre nunca fué difícil para mi en cuanto al acercamiento, sino que por el contrario, tuve que trabajar mucho cuando me dí cuenta la dependencia que teníamos, ella de mí y yo como co-dependiente.
Después de ocho años de no estar conmigo, mi alma está en paz y constantemente la llevo en mi recuerdo, recuerdo su sonrisa, su voz al decirme, "hola gorda".
Gracias María, abrazos desde el alma
Silvia

arianna dijo...

Gracias María, me parece muy interesante lo que aportas sobre la reflexión de este libro que ya tomé nota para conseguirlo
Me gustaría que mi hija lo leyera, no creo lo consiga tal y como están las cosas entre ella y yo , lo guardaré, sé que algún dia será, lo q. si haré , aprovechando su entancia por aqui hablarle de ello....
Con mi madre hice las paces cuando falleció , ella lo supo en sus últimas horas, esperó que así fuera, sin decirnos nada, lo supo y se fue tranquila
Recibe un abrazo Maria, ya estoy deseosa de leerlo
P.D. no hasa comentado el título del otro libro ¿puedes hacerlo?

arianna dijo...

Que pena Maria, se perdió mi mensaje, quizás debía ser asi, me movió tu entrada y confesé un poco mi historia con mi madre, creo le llegó a ella, así que me conformaré con agradecerte tus palabras que me sirvieron de reflexión
Me haré con el libro, estoy deseando leerlo,
por ciero no has comentado el título del otro...
Un abrazo agradecido para tí , María

Gizela dijo...

Bien sabio e interesante lo que has publicado
Sabes?
Me parece insólito cuando escucho a alguien decir que no tiene relación con su madre
Me gusto mucho la frese ella representa el potencial de nuestro poder femenino...suena tan lógico!!!!
Besotesss María

NENI dijo...

Hola Maria:
Si de algo estoy orgullasa en esta vida es de la relación que tuve con mi madre,solo Dios sabe cuanto la ame, y la respete, y cuanto bueno aprendi de ella,puedo decir si escojemos nuestra madre antes de nacer yo escoji la mejor.
un fuerte abrazo

Maria Durga dijo...

Hola, como Arianna me ha pedido el título del otro libro, aprovecho para saludaros a todos.


RAFAEL, es un placer contar con tu presencia y tus palabras. Ya ves, no siempre son fáciles estas relaciones entre madre e hijas y como bien dices el sendero a veces es pedregoso, por ello escogí esta fotografía...

COOKING-LOVE, todas, todas nosotras tenemos que trabajar en esos terrenos de una u otra forma; por eso somos madres y por lo mismo somos hijas... para aprender.
Gracias por tus palabras.

SILVIAAAA, qué gusto sentirte siempre tan cerca...
Ese libro que comentas no lo he leído, pero si otros de Su Santidad y me han gustado mucho; me encanta lo que transmite ese hombre y me chiflan sus carcajadas.

En lo referente a tu mamá... pues eso, que venimos a aprender juntas, a crecer en el Amor. Estoy segura que ese "hola gorda" sigue diciéndotelo cada mañana para que comiences bien el día ¿no la oyes? siiii... ahí en tu corazón.
Besos hermana del alma.

ARIANNA, no, no se perdió el comentario... afortunadamente! es hermoso lo que compartes, mil gracias por ello.

Ahi vamos ¿eh niña? madres-hijas, hijas-madres; mujeres caminando, aprendiendo, creciendo... Amando!

Claro que sí, aquí va el título del otro libro: LAS DIOSAS DE LA MUJER MADURA", Arquetipos femeninos a partir de los cincuenta (yo voy por los cincuenta y cinco)de Jean Shinoda Bolen.

Sobre este libro , ha escrito Isabel Allende que "este es un poderoso libro que me ha ayudado a entender mejor la energía de mis años maduros, cómo utilizarla con compasión y humor, y dónde buscarla cuando parece faltar".

Jean Shinoda es autora también de otro magnífico libro "Las Diosas de Cada mujer"

Claro que tu mamá lo supo antes y sobre todo al irse... Cuando dejamos nuestro cuerpo, ya no hay límites ni barreras y por fín podemos ver con claridad... Ella lo sabe, ella te sonrie y te mira con amor, orgullo y agradecimiento...

Abrazos Arianna.

GIZZELAAAAAAAAA, que gusto tenerte por aquí.
¿Insólito? si, si que lo es, pero no por ello irreal ¿sabes? yo siento que por eso venimos juntas como madres e hijas... a resolver, a aprender y crecer en el amor.

Se que como madres, todas amamos inmensamente a nuestros hijos; y como hijas, venimos a prender a amar a la vez que a través de nuestra actitud, enseñarles a ellas (las madres) a amar incondicionalmente.
Los hijos son nuestros Maestros.

Te abrazo Giz desde el alma y con el corazón.

Bueno, y para todos (ya puesta) los que habéis dejado comentarios, los que sólo leen, y los que aún puedan pasar... ¡Mil gracias por vuestra generosidad!

Maria

Angelina O. dijo...

Me ha encantado la reseña que haces del libro, no lo conocía.También me encuentro en ese proceso de sanar la relación con mi madre. Me ayuda mucho a entenderme también a mi misma, esa parte femenina que a menudo ignoro ¡siendo mujer! Aunque cada vez está todo mejor, aún salto por pequeñas cosas... viejas heridas del pasado.

Gracias de corazón.

Un beso

Anónimo dijo...

Hola!

La relación de madre e hijos siempre tendrían que ir más allá de lo que entiende normalmente.
La amistad entre ellos, sin dejar de ldo el respeto, puede encender la llama de una mejor comprensión y compasión.


Gracias.

Unknown dijo...

Vale, muchas gracias por darnos a conocer este libro y las reflexiones del significado de la madre y de esto con todas las mujeres que la antecedieron. Abrazos desde el Perú, Julia

SÓLO EL AMOR ES REAL dijo...

Tener el corazón ligero,
siempre es una bendición...y además, nadie es perfecto...

Paz&Amor

Isaac