
Se desprende por su propio peso
y se entrega sin condiciones.
Besa el suelo
y deja a la tierra
todas sus posesiones.
Con sus semillas y su dulzura
siembra en el surco una ofrenda
pura.
Es el fruto maduro.
El dar nunca ocurre en el
pasado: lo que damos, lo damos en
presente, ese tiempo en el que
podemos darnos.
En vida, en presente, ahora
mismo es la oportunidad; nuestra
mejor herencia es aquello que
damos ya. Uno mismo es con toda
su vida la mejor obra de caridad.
Aplazar el amor es como preten-
der que se dejen para después los
latidos del corazón.
Por los senderos del alma - Jorge Iván Carvajal Posada
3 comentarios:
Vivir el presente y el corazón un horno , hacer panes de cariño y dar y dar, repartir vida, que quien parte y reparte, se queda con la mejor parte y si todos repartimos, el mundo se hace grande y bonito
Besotes María
Gizz
Hola, María...
"No dejes para mañana el abrazo que puedes dar hoy"
La cosas sencillas de la vida no tienen pasado ni futuro, son del hoy y del ahora.
Abrazos.
El presente es la apertura de la eternidad, es lo que es, todo está y viene de él.
Gracias María por tu visita y tus palabras.
Un fuerte abrazo.
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